Dice la definición más aceptada, que una empresa social es un tipo de empresa que, además de producir dinero, se preocupa por contribuir positivamente con la sociedad o el medio ambiente. Para los que no hemos podido terminar de leer esta frase sin bostezar, os voy a dar mi definición: una empresa social es una empresa que mola. Estas dos palabras aparentemente antagónicas, que introducidas en una misma frase parece dar lugar a un absurdo sinsentido pleonásmico, son la base de lo que vengo predicando en Goodbye, Mr. Burns. Si en el anterior post os di unos tenues consejillos sobre cómo darle un giro más social y verde a tu empresa, ahora os voy a dar ejemplos de organizaciones que asumen el modelo empresarial que debe dominar el mundo. Y ya me diréis si mola o no:
La Colmena dice sí
Uno de los problemas de las grandes compañías de alimentación es la cadena de distribución. Pongamos un ejemplo: un agricultor cultiva tomates en Murcia para una gran empresa. Los tomates viajan al almacén central, en Madrid, para luego ser distribuidos a diferentes puntos de España. . . incluido Murcia. En el proceso se han consumido una cantidad de energía y recursos que a todas luces parece incomprensible: combustible para el transporte, electricidad que genere frío para la conservación, manipulación humana, etc. Además, el tiempo que pasa por un producto perecedero como éste puede ser fatal, así que al final de la cadena podemos encontrarnos con una buena cantidad de alimento desperdiciado. Decía mi profesora de matemáticas que la línea recta es el camino más corto entre dos puntos. La Colmena que dice sí es una empresa social con sede en Madrid que sirve de intermediaria entre productores locales de verduras, frutas, cerveza, etc., y los consumidores. Se promueven así los canales cortos de distribución, la producción se vuelve más sostenible y los precios más justos tanto para el productor como para el consumidor. A través de su plataforma online, puedes comprar lo que quieras y recogerlo más tarde en ciertos puntos de tu ciudad. ¡Genial!
La Bolsa Social
Esta empresa da una vuelta de tuerca al sistema de mecenazgo, que ya ha dejado de ser una moda para incorporse a nuestro entramado como una forma de financiación más que válida (y alejada de la turbia financiación bancaria). Cambian la voz inglesa crowdfunding por el crowdimpacting, para explicarnos que nuestras inversiones pueden no ser simplemente algo beneficioso para la empresa que estamos respaldando, sino para la sociedad y el medio ambiente. Mediante un método de selección, eligen un proyecto que se ajuste a sus valores sociales, asegurando al inversor que su dinero irá a parar a buen puerto.
Bluemove
Todavía no consigo creerme que este modelo de negocio funcione en un país como España. Establecidos en Madrid y Sevilla, esta empresa es una patada en la cara a lo que muchos consideran la Cultura del coche Mediterránea. Car sharing, sin más. Alquila un coche por 2€ la hora o 25€ al día en tu ciudad, y listo. Y ojo: la gasolina y el mantenimiento van incluidos, aunque siempre tienes la opción de alquilar un coche eléctrico. Se trata de una alternativa al renting con un modelo tan innovador, que arremete tan directamente con la profunda concepción de tener un coche propio y cuyo impacto es tan tangible, que es imposible no molar.
Impact on Integrity
Tenía que incluirlos. Es común entre la pequeña esfera de simpatizantes de la RSE y la RSC que se diga que esta forma de hacer las cosas no debe ser un departamento dentro de una gran empresa, sino formar parte del entramado. La empresa no debe limitarse a ciertas acciones de RSE, debe ser responsable. Muchas veces ocurre que, en las grandes organizaciones, se desconocen estas prácticas o, simplemente, su presencia se diluye al priorizar otras. Esta empresa española de marcada proyección internacional, tenía que llegar, tarde o temprano. Su actividad se traduce en educar a directivos de grandes empresas en prácticas de ética, anticorrupción, transparencia, integridad, competencia leal y justicia social. Bueno, más que educar, ellos lo llaman “entrenar”, para no dañar egos. Todo un paquete de “Good Doing” que tanta falta les hace a muchos. Esta es una iniciativa empresarial que no se detiene en cambiar las cosas por sí misma, sino que intenta que sus principios sean adoptados por las grandes compañías, que es donde, seamos sinceros puede cimentarse el cambio.
Fundación Sanders
Probablemente ya los conozcas y sepas que no son una empresa, pero no me he resistido a incluirlos. Parece que, después de todo, sólo hay que molar para salir en Goodbye, Mr. Burns. La Fundación Sanders lucha contra la exclusión social a través de la educación en un entorno extraescolar. Para ello se apoyan en las nuevas tecnologías: equipan sus centros extraescolares con internet y ordenadores, herramientas que para las clases más desfavorecidas son un auténtico lujo. A través de varios programas de educación social y emocional han conseguido una importante mejora en el rendimiento académico de los niños, actuando allí donde la enseñanza formal se queda corta. Echad un vistazo a su web, que es una pasada.
Y ahora vamos, pregúntate: ¿mola mi empresa? ¿mola mi idea de negocio? Desde este blog te lo digo lo más claro que puedo:
Molar o morir, my friend.
[…] 5 empresas sociales de madrid que molan […]