Dicen que cuando el dedo señala a la luna, el tonto mira al dedo.
A pesar de abrazar cierta redundancia, diré que la actualidad de estos días está devolviendo opiniones y afirmaciones de la gente de la calle que son dignas de mención.
Es cierto que no poder aparcar en el centro de Madrid y verse condenado a tener que usar su caótico servicio público puede resultar desesperante, sobre todo en fechas navideñas. También molesta no poder hacer el cabra en la M30 poniendo el coche a 100 (porque de ahí no pasamos, ¿verdad?).
He oído y leído voces que critican a Rajoy por pillar un avión a París de cara a la COP21 en tiempos tan políticamente convulsos como estos. El confuso proceso soberanista de Cataluña, las inminentes elecciones y los debates a los que se ausenta, parecen ser una excusa más que suficiente para no abandonar el país a favor de ir a un evento exterior.
Tampoco puedo pasar por alto las voces que dicen que celebrar la COP21 en París, después de los últimos atentados en la ciudad, el estado de emergencia y la declaración de guerra es poco menos que exponer a los principales líderes mundiales.
Lo que no parece que tengamos claro, es la importancia de la COP21. Lo que está sucediendo en Madrid no se trata de una medida eco-rojilla de la alcaldía, ni de un afán recaudatorio para multar a los que pasen de 70. Somos nosotros, no el anticiclón, Carmena o la Virgen María los que hemos propiciado que nuestro aire, aquello que nos da la vida, se vuelva tóxico.
Ni los juegos políticos, ni la popularidad de un Presidente del Gobierno, ni siquiera el estallido de una guerra a gran escala puede ser más importante que encontrar soluciones al problema del calentamiento global, que viene a ser una forma más educada de la más fácilmente entendible: evitar que nos vayamos a tomar por saco. Porque el problema no es de una ideología, una Comunidad Autónoma, un país, una etnia o una religión. El problema, señores, es del lugar donde vivimos: de la Tierra.
Esto es algo que tenemos que tener muy claro, que en el fondo sabemos, pero que no es de dominio público (al menos a un nivel deseable). La visión microscópica de nuestra vida nos ciega de cara a nuestro entorno.
La COP21 es nuestra última oportunidad para hacer que las cosas cambien, para conseguir que el calentamiento global no sea irreversible. Y esto no es una cuestión de darle emoción al asunto, como en una final deportiva. Es que o tomamos medidas, o estamos condenados como especie. Es decir, la nuestra y todas las demás de este planeta.
Ya ni siquiera se escuchan las voces de los cuatro tontos que negaban el cambio climático, que lo vinculaban a un ciclo natuaral del planeta. El primer paso es admitirlo: la hemos cagado.
Da igual que mis palabras te convenzan o no. Pero sé justo contigo mismo. ¿Sabes realmente en qué situación estamos ahora mismo, medioambientalmente hablando? Y aun apoyando la COP21, ¿eres consciente de lo que nos jugamos, o sólo te gusta salir a la calle con una pancarta a quejarte y lanzar proclamas?
Escuchemos a los que saben. Preparémonos para afrontar las medidas y soluciones que aporte la Cumbre a su finalización, el próximo día 11. Te traigo cinco charlas TED para que abras los ojos, escuches con datos, estadísticas y un buen discurso qué está pasando, qué puede pasar y cómo intentar evitarlo.
- Climate change is happening.
Esta charla está pensada para introducirnos en nuestra situación actual, e incluso se nos advierte de que tal vez ya no podamos hacer nada contra el incremento de 2ºC que ya padecemos.
- A Roadmap to protect the planet.
Escuchar esta charla puede abrirnos la mente a soluciones que pueden proteger nuestro planeta de abajo hacia arriba, aprovechando los recursos que cada región es capaz de ofrecer.
- A clean energy proposal.
Esta magnífica charla nos propone soluciones e ideas sobre cómo cuidar nuestro medio ambiente con un tono humorístico muy divertido.
- How behavioural science can lower your energy bill.
El título de la charla es autoexplicativo, aunque muchos se sorprenderán por su contenido.
- High altitude wind energy from kites.
La crisis energética abre nuevas vías a la creatividad. Aquí una charla con la que vas a flipar. Una idea loca que finalmente vio la luz, y está siendo desarrollada desde 2013.
Ya sé que el conocimiento, sobre todo cuando la fuente son las charlas TED, es algo que engancha. No te quedes con mi selección. Sigue investigando, sigue preparándote para saber si tienes que aplaudir, llorar o ladrar un meh! al término de la Cumbre. Ahora, como yo, estarás impaciente por descubrir las conclusiones. Y habrás dado a la COP21 el protagonismo que se merece.