ESCLAVITUD LABORAL

Me decía un compañero de trabajo que su mujer iba conduciendo el otro día por una comarcal con muy poco tráfico. Iba algo despistada tratando de sintonizar en la radio una emisora de su gusto, cuando el coche le dio un tumbo, como si hubiera atravesado un badén. Aminoró y al mirar por el retrovisor descubrió un generoso reguero de sangre y el cadáver de un perro.

El disgusto de la mujer fue mayúsculo, y cuando llegó a casa no tardó en contárselo a su marido. A su marido, a su madre, a su hermana, a la vecina del 2º, a la dependienta de la pequeña tienda del barrio, a su amiga de la peluquería y no descarto que incluso haya comentado su experiencia en Facebook.

El caso es que, entre una y otra conversación, lo que en principio parecía un atropello fue tornándose en un “seguramente el perro estaba ya muerto cuando le pasé el coche por encima”. Obviando la profusa hendidura del parachoques delantero, su marido la convenció de que esta última teoría era la correcta, para que la mujer dejara atrás el trauma y pudiera dormir bien por las noches. Y funcionó.

El reciente programa Salvados que emitió LaSexta sobre las condiciones infrahumanas de las cadenas de proveedores de ropa que todos conocemos, trajo consigo mucha cola. De hecho, al ser un tema bastante recurrente en GoodbyeMrBurns, se notó tras su emisión un importantísimo pico de actividad en el blog. Las redes sociales se llenaron de gente angustiada por la terrible situación laboral a la que someten a los empleados semejantes multinacionales, y la cosa me dio que pensar. Después de declarar al mundo tu indignación por lo que viste en el programa, ¿cuántas excusas has inventado para seguir comprando ropa en esos sitios? Quizás pienses que se lo merecen, que deben luchar por sus derechos. Quizás pienses que por lo menos tienen algo de dinero para subsistir. Tal vez te veas a ti mismo como una víctima empobrecida que se ve obligado a comprar ropa barata. ¿Quién sabe? Cualquier excusa es buena para dejar atrás el trauma y poder dormir bien por las noches. Como si no hubieras matado al perro.

Hoy os traigo una nueva aportación, otro pequeño granito de arena para que esta precaria situación no quede en el olvido. Un refuerzo para que dejes de inventarte excusas que te sobrepongan a una verdad incómoda. Para que la afrontes.

  • Rosarno, en la misma punta de la bota de Italia, el lugar que casi está pateando Sicilia. La principal organización de agricultores del país, Coldiretti, estima que alrededor de 120.000 inmigrantes, la mayoría ilegales procedentes de África y Europa del Este, trabajan en condiciones precarias en la recogida de la naranja. Y por precarias entendemos que alrededor del 80% de esos inmigrantes no tiene contrato o vivienda. Que duermen en el suelo, a la intemperie o en refugios improvisados, para entendernos. Los agricultores que cuentan con esta mano de obra se excusan en la situación económica actual, pero lo cierto es que muchos trabajadores caen en manos de mafias organizadas que actúan como proveedores de grandes compañías. Una de ellas, que ha tratado de limpiar su nombre en repetidas ocasiones desde que el tema Rosarno vio la luz, es Coca-Cola. Como país agricultor, todo esto nos suena en España. Sirva Rosarno como aperitivo para un futuro post sobre la situación en nuestras fronteras.
  • En Brasil ha saltado la noticia también, con la que uno puede quedarse frío. El Ministerio de Empleo brasileño ha publicado una lista negra que recoge hasta 340 empresas del país que emplean mano de obra en situación de esclavitud. El estudio, realizado entre 2013 y 2015, revela que el ministerio sólo ha podido rescatar una cuarta parte del número total de trabajadores en estas condiciones que subsisten en todo el país: alrededor de 200.000 personas. El problema en Brasil está tan enraizado, que el gobierno cuenta con varias herramientas para la lucha contra el esclavismo, como el Instituto InPACTO o el Acuerdo Nacional de Erradicación de la Esclavitud desde 2005. Como vemos diez años después, insuficientes. En pleno siglo XXI, con la infraestructura del reciente Mundial de Fútbol aún caliente y las próximas Olimpiadas a punto de celebrarse, todo esto da que pensar.
  • Sobre joyas, cuesta decir algo que no se haya dicho ya en posts anteriores. Pero sí, tristemente, se puede seguir ahondando. Porque por mucho que se comenten las terribles condiciones que sufren los que deben trabajar para obtener sus preciosos recursos naturales, en este San Valentín cayó algún anillo, ¿verdad? Algunos pendientes, un pequeño collar con un diminuta joya engarzada. Ni te has parado a pensar en los niños que se deslizan en las pequeñas minas a excavar con sus manitas, repirando el viciado aire y rezando para no quedar sepultados (para muchos, rezar no sirve de nada) en busca de la materia prima para tu romántico adorno. Intoxicados por el mercurio que se usa en el proceso de recogida y destrozados por la intensidad del trabajo, consiguiendo que su esperanza de vida apenas supere los 10 años, estos niños mantienen familias enteras sufriendo abusos como el castigo físico o las violaciones de los capataces de las compañías mineras que operan en lugares como Ghana, Mali, Tanzania o Filipinas.

Se ha calculado que la población de esclavos en el mundo asciende a 36 millones, algo más de 566.000 en el territorio europeo y alrededor de 6.000 en España. La crisis económica, el incremento migratorio constante y la falta de legislación efectiva provoca que esta cifra no deje de aumentar.

Sin embargo, algunos líderes mundiales como Obama, tratan de poner remedio de forma contundente. Hace unos días, el presidente de los EEUU, cuyo cargo empieza a marchitarse, firmó un proyecto de ley que muchos consideran demasiado atrevido, pero que es capaz de arrojar algo de luz en forma de faro para el resto de legisladores mundiales. Ni más ni menos, la ley pretende prohibir la importación de productos en cuya cadena de producción haya intervenido mano de obra en condiciones de esclavitud. Para una industria (en cursiva, por ilegal) que genera 150 billones de dólares de beneficio al año, la ley debería suponer un duro golpe.

No, no hemos terminado aquí. GoodbyeMrBurns seguirá dándote la brasa con este tema, hasta que interiorices el problema y empieces a mirar con lupa en qué te gastas el dinero y a quién se lo estás dando. Para que no inventes más excusitas que te libren de la culpa

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